Creíamos que la crisis alimentaria era un concepto de los libros de historia, sin embargo con el conflicto bélico en Ucrania, la distribución de los cereales y semillas sufrió un desabasto a nivel mundial lo que provocó un alza de precios en los productos de la canasta básica.
Las alternativas y posibles soluciones ante este reto, podrían estar en un diminuto insecto, conocido por todos como: grillo, al ser una fuente inagotable de beneficios nutricionales que se obtienen al comer carne, pescado y pan de centeno, ¡a la vez!
SABÍAS QUE…
1 kg de proteína de insectos requieren 5 litros de agua y 1 kg de carne de vacuno se necesitan 15,500 litros de agua.
En comparación con la carne de res que posee grasas saturadas y su alto consumo está relacionado a enfermedades cardíacas, cáncer de colón y diabetes tipo 2, los insectos tienen un bajo contenido de grasas saturadas y son una fuente inagotable de proteínas.
MÁS BENEFICIOS
Además de que los grillos son ricos en ácidos grasos Omega-3 y 6, que normalmente obtenemos del pescado, contienen vitamina B12, vitamina D, hierro, magnesio y zinc. Y poseen ácidos grasos Omega-3 y 6, vitamina B12, vitamina D, hierro, magnesio y zinc. ¡Ufff los beneficios son inigualables!
Aunado a que cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indican que la ganadería extensiva es responsable del 14.5 % de los gases de efecto invernadero, que contribuye al cambio climático. Por eso la importancia de ver alternativas para cuidar el planeta.
Ante esas disyuntivas, una nueva proteína alternativa, se cocina, desde insectos hasta carne hecha en laboratorio, procesos que se encuentran en fase avanzada de investigación, aunque todavía hay mucho trabajo por delante para lograr un aspecto más apetitoso, una textura y sabor más natural, ¡sí que se está trabajando en ello!
CARNE DE LABORATORIO
La carne roja como todos sabemos es deliciosa, (perdón vegana/o), por ello un número creciente de empresarios y científicos recurren al laboratorio para crear carne y productos lácteos a partir de células, en lugar de cosecharlos de animales reales.
Y en menos de una década, la proteína cultivada en laboratorio se ha vuelto considerablemente más barata de producir. En 2013, investigadores de la Universidad de Maastricht en los Países Bajos hicieron los primeros acercamientos de crear carne cultivada, la cual tenía forma de hamburguesa y fue cocinada a la parilla, dicho experimento se sirvió ante una audiencia en Londres, y tuvo un costo de casi medio millón de dólares. ¡OMG!
AVANCES ALIMENTARIOS
No obstante, en Singapur en 2020, la empresa californiana Eat Just apostó a la venta de los primeros nuggets de pollo cultivados en laboratorio para saber si eran aceptados por los comensales; pero la pandemia detuvo la expansión y por el momento sólo se vende en el país asiático.
En tanto, la Escuela McMaster de Ingeniería Biomédica está trabajando en mejorar el proceso y se encuentra desarrollando un método prometedor para apilar microcapas de células musculares y grasas cultivadas para diseñar un corte de carne que parezca un bistec.
Entendemos que el futuro se vislumbra prometedor, así como se ha dado alternativas para dejar atrás la leche de vaca, todavía estamos lejos de tener un corte decente de carne que salga de un biorreactor, pero diversas empresas siguen trabajando en su fabricación y Canadá se ha especializado en el tema.
GRANJAS VERTICALES
Por ejemplo en Vancouver, la empresa Wamame Foods usa la fermentación en el desarrollo de una alternativa a la carne Wagyu a base de plantas, a la que llamaron Waygu. Y en la Universidad de Columbia Británica se mapean los componentes de sabor y textura de la carne real de Wagyu.
“Estos mapas serán guías a partir de las cuales podremos aplicar la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para reconstruir el sabor y las texturas utilizando sólo ingredientes de origen vegetal que reproducirán la carne Wagyu con precisión”, dice la compañía de alimentos.
Mientras que los científicos y empresarios canadienses resuelven los problemas de las proteínas cultivadas en laboratorio y avanzan a pasos agigantados en las carnes de origen vegetal, un nuevo grupo de productores está superando un tipo diferente de desafíos. Se trata de las granjas verticales que requieren menos agua que la agricultura tradicional, reduce drásticamente los costos, tanto financieros como para el planeta.
“Si somos capaces de producir alimentos en un enfoque vertical, podríamos liberar tierra y reorganizar cómo se usa el planeta. Esa es la visión”, dice Isha Datar, directora ejecutiva de New Harvest, que apoya ideas de rendimiento para la industria de la agricultura celular.
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