La inspiración influye directa o indirectamente en la imaginación y la imaginación es la que crea una idea sea material o no de algo; por ejemplo: un dibujo, una escultura, una novela escrita, un guion, o la conjugación de acordes para la composición de una canción.
Pero, no suele llegar cuando menos lo esperamos -como dicen por ahí-; una idea es imaginar con inspiración y eso es algo más profundo, eso es algo que llega a nuestra mente porque en nuestro inconsciente ya se instaló una referencia de «ese algo» que percibimos en alguna etapa de nuestra vida o inclusive a lo largo del día; o, hasta en un sueño que tal vez no recordemos.
¿EXISTE LA INFLUENCIA PARA CREAR?
Nadie ha sido el primer creador en sí de “algo”, nadie inventó el hilo negro.
«La originalidad no es otra cosa que imitación con criterio»
Voltaire
¿LA GENEALIDAD NACE DE LA INSPIRACIÓN?
Si nos basamos en esta premisa y ponemos de ejemplo la genialidad de los grandes de la música, encontraremos que su virtuosismo nació con algún lugar biológico de su cerebro; sí, pero jamás habrían sido grandes genios, si no hubiesen escuchado música anteriormente, incluso desde el vientre de su madre.
Podemos decir, -más no afirmar- que las ideas nacen del poder de la imaginación a través de la inspiración y eso es lo que nos hace sentir vibraciones creativas.
A propósito de este argumento, se han hecho diversos estudios sobre la inspiración, entre ellos, el famoso experimento que se le practicó a 205 estudiantes y en donde se les pidió que leyeran 195 poemas.
El resultado fue que muchos sintieron en diversos momentos las emociones de los autores.
Este estudio corroboró que la inspiración puede transmitirse tanto física como emocionalmente y esto estimula la mente para la creación.
LA INSPIRACIÓN INFLUYE EN LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Como mencionamos, la inspiración a veces no nace por arte de magia. Para la ciencia se tiene que entrenar la mente para poder lograrlo. Al final, las referencias del mundo que tenemos e interacción con los conocimientos adquiridos sea por experiencia o por formación académica, son factores que contribuyen para que nuestra mente tenga un mejor y amplio espectro de lo que crea.
«Cuando la inspiración llegue, espero que me encuentre trabajando»
Pablo Picasso
Para muchos psicólogos, las personas con una mente abierta y de amplia visión del mundo, tienen a crear cosas con mayor sensibilidad, partiendo de su inteligencia emocional, esto no quiere decir que personas que tengan un padecimiento mental como depresión o ansiedad (por citar un ejemplo), no sean propensas a crear, sino -en muchas ocasiones- todo lo contrario, tienen más sensibilidad para la creación y aunado a la inteligencia empírica y emocional serían capaces de imaginar y crear lo que les apasione sea la rama que sea.
Este fenómeno sigue siendo un paradigma que jamás se descubrirá pero; en sí, significa evolución, por que una idea es tener la imaginación para crear y crear significa trascender en algo creativo.
¿DÓNDE ENCONTRAMOS LA INSPIRACIÓN?
La inspiración para concebir una idea está en todo lo que vemos, lo que tocamos, lo que escuchamos.
La inspiración puede ser una simple pluma, una taza de café, una mesa, absolutamente cualquier cosa, pero es algo que dependerá de la capacidad para percibir, sentir y expresar lo que captamos de nuestro propio mundo.
En este punto es donde entra la imaginación, ese lugar donde habita la construcción de nuestras creaciones, no necesariamente en el rubro humanístico.
Crear no es una tarea fácil, significa tener un espectro mental que se basa en el aprendizaje y en las emociones. Crear para hacer sentir, para aportar algo al mundo materializando una idea.
Todos podemos crear, sólo necesitamos aumentar nuestra capacidad mental, ser más observadores, sensibles y empáticos con la realidad para percibir el mundo de otra forma y transmitirlo.
¿Tú dónde encuentras la inspiración?
